Estos días las futbolistas pelean por un convenio colectivo que les garantice unos derechos laborales dignos e igualdad con respecto a sus compañeros del fútbol masculino. Pelean, entre otras cosas, porque haya ayudas para la maternidad. Esto, en el deporte femenino, brilla por su ausencia.
Maternidad y pérdida de patrocinadores
La regatista Blanca Manchón es seis veces campeona del mundo de windsurf, además de diploma olímpico por su octavo puesto en los Juegos de Atenas 2004. En 2010, la Federación Internacional de Vela la nombró «Mejor navegante mundial del año», lo que convirtió a Blanca en la segunda española en obtener este reconocimiento tras Theresa Zabell.
Después de todos esos éxitos, con lesiones largas de por medio en las que nunca perdió ni la ayuda de patrocinadores ni de la Federación, en 2016 Blanca anunció su embarazo. Y ahí empezó la pesadilla profesional. Se quedó sin patrocinadores, y barajó abandonar porque no podía hacer frente a todos los costes que eso suponía. Llegó a poner quince mil euros de su bolsillo para poder competir, además de tener que buscarse unilateralmente un entrenador.
Tokyo 2020
El camino se ha despejado para Blanca. Ya ha sido designada oficialmente para representar a España en los Juegos después de la retirada de Marina Alabau, la encargada de llevar la vela española a las últimas citas olímpicas. Blanca además fue la que consiguió la plaza en el Mundial de Aarhus al terminar duodécima la clase RS:X.
Blanca ha luchado sola, con ayudas irrisorias del Consejo Superior de Deportes que no cubren ni el gasto que tiene que realizar para comprar media tabla. Ahora, la empresa infantil Hero le ha permitido recuperar un gran patrocinio, y el trampolín olímpico también le va a aportar ayudas y beneficios.